El artista chino del siglo xii, Li Tang, pintaba paisajes animados con personas, pájaros y búfalos de agua. Su talento para realizar dibujos de línea fina sobre seda lo convirtieron en un maestro del arte paisajista chino. Durante siglos, artistas de todo el mundo han plasmado en sus obras lo que ven en la galería de arte de la creación divina: «Los cielos cuentan la gloria de Dios, y el firmamento anuncia la obra de sus manos» (Salmo 19:1). La Biblia afirma que nuestra creatividad como seres humanos surge de estar hechos a la imagen del Creador Maestro (Génesis 1:27).
Dios escogió artistas que trabajaban en madera, oro, plata, bronce y piedras preciosas para que fabricaran los muebles, los utensilios, los altares y la ropa que se usarían cuando los israelitas lo adoraran en el tabernáculo (Éxodo 31:1-11). Estas expresiones artísticas de verdades espirituales impulsaban y guiaban a los sacerdotes y a las demás personas a adorar al Señor que los había llamado a ser pueblo suyo.
A través de numerosas clases de expresiones artísticas, reflejamos la belleza de la creación y honramos al Creador y Redentor de este maravilloso mundo.